Pareciera
que ha pasado una eternidad desde el invento de las primeras computadoras, si esos
cerebros electrónicos que si aún fueran de esas excesivas dimensiones nos será demasiado
complicado, si no es que hasta imposible mantenernos pegados a ellas la mayor
parte del tiempo.
Quien
podría llegar a imaginar qué esas máquinas enormes y sumamente pesadas llegarían
a ser tan pequeñas como lo son hoy en día, que tendrían un teclado o un
monitor, una cámara, que la red por la que navegamos sería tan extensa en información
o su facilidad para acércanos a personas al otro lado del mundo, como nos
simplificaron la vida estas máquinas “inteligentes” pero también como nos la
complicaron con tantos peligros que en ocasiones no podemos ni imaginar.
Nos quisimos
convertir en dioses creando amigos metálicos, casi inteligentes,
simplificadores de tareas, sin darnos cuentas que nosotros no comprendemos el término
“Inteligencia”.
Hoy
en día no se ha podido llegar a la conclusión de que en realidad las maquinas
sean inteligentes, para esto entendamos la definición de inteligencia.
La inteligencia es la capacidad de pensar, entender, asimilar,
elaborar información y emplear el uso de la lógica.
A mi
parecer solo repiten acciones precargas en sus sistemas, no piensan, no crean,
no deducen, realizan lo que se les ordena sin preocuparse por lo bueno o lo
malo, para entender un poco más el tema empecemos por definir que es la
inteligencia artificial.
La inteligencia artificial (IA) es un
área multidisciplinaria, que a través de ciencias como las ciencias de la
computación, la lógica y la filosofía, estudia la creación y diseño de
entidades capaces de resolver problemas cotidianos por sí mismas utilizando
como paradigma la inteligencia humana.
Hablemos un poco del padre de la
inteligencia artificial.
La
IA fue introducida a la comunidad científica en 1950 por el inglés Alan Turing
en su artículo "Maquinaria Computacional e Inteligencia." A pesar de
que la investigación sobre el diseño y las capacidades de las computadoras
comenzaron algún tiempo antes, fue hasta que apareció el artículo de Turing que
la idea de una máquina inteligente cautivó la atención de los científicos.
La
pregunta básica que Turing trató de responder afirmativamente en su artículo
era: ¿pueden las máquinas pensar? Los argumentos de Turing en favor de la
posibilidad de inteligencia en las máquinas, iniciaron un intenso debate que
marcó claramente la primera etapa de interacción entre la IA y la psicología.
Los debates en aquella época se centraron en el análisis de la serie de
problemas implicados en la aplicación de términos mentalistas a las
computadoras. La intención de Turing no era la de usar estos términos como
analogías sino la de eliminar la distinción entre inteligencia natural e
inteligencia artificial.
Dos
de las contribuciones más importantes de Turing a la IA fueron el diseño de la
primera computadora capaz de jugar ajedrez y, más importante que esto, el
establecimiento de la naturaleza simbólica de la computación
·
Que desafíos se presentaran en el futuro.
Los
tres desafíos más importantes en el desarrollo dentro de la A I son su
facilidad de uso, la flexibilidad de la infraestructura computacional y la
disponibilidad de herramientas de desarrollo cada vez más poderosas.
El
empleo de una interfaz inteligente ayudará a las personas a encontrar lo que
ellas deseen, hará lo que éstas deseen cuando lo deseen, en forma natural y sin
requerir el conocimiento de detalles irrelevantes.
En
fin, todo parece indicar que las computadoras programadas con la A I son el
campo de la solución de problemas del futuro; sin embargo, el intelecto humano
parece ser irreemplazable en relación con la solución de problemas de sentido
común. Se sugiere entonces, dado lo complicado de la mente humana, que hombre y
máquina interactúen juntos ya que necesitan uno del
otro
para solucionar eficazmente los problemas.
Conclusiones
Al
comienzo de este ensayo poco sabía acerca de esta apasionante ciencia que es la
inteligencia artificial conjuntamente con la ciencia cognitiva. Creía que se
trataba solamente de poder lograr robots casi humanos por medio de clonación de
células e imitación del funcionamiento del cerebro humano.
En
mi opinión, pensaba que quizás en algún momento se pudiese lograr esto que yo
imaginaba, aunque no estaba segura de en cuánto tiempo se haría realidad. Ahora
me doy cuenta que en mi cabeza no rondaba más que un nuevo guión para una película
de ciencia ficción.
Luego
de haber analizado y estudiado al menos lo básico de lo que se trata esta
disciplina, entiendo que no solamente se trata de poder lograr pensamiento y
sentimiento, sino que la inteligencia artificial también aplica a poder imitar
el comportamiento humano. Existen teorías que creen que se trata de imitar el
cerebro y otras que se inclinan más por cómo actúa el ser humano más que cómo
razona.
Está
claro que es una tarea mucho más fácil si creemos que la última acepción de la
inteligencia artificial es la más acertada.
De
hecho, y gracias a la globalización, nos damos cuenta que muchas máquinas
inteligentes ya pueden imitar los comportamientos humanos para así poder
facilitar y alivianar los problemas de la sociedad.